domingo, 14 de febrero de 2010

SHAKESPEARE. TEMA 5



SHAKESPEARE: UN TEATRO MÁS QUE POÉTICO


Un gran momento para un gran creador

La obra de Shakespeare no existe sólo gracias a su genio personal, sino también gracias a una coyuntura privilegiada en la situación de la historia literaria de su país, que ofrecía, sobre todo para el teatro, una posibilidad única: la idea de reunir – por última vez- la voz de la tradición popular con la voz de la minoría de cultura renacentista, en una atmósfera en que todavía la evolución religiosa no había llegado a excesivas fracturas ni enfrentamientos y, todo ello- last but not least- en una perspectiva de esperanzas económicas y políticas. El famoso economista Keynes reconoció –con el humor y el espíritu deportivo propios de su país – que si Inglaterra pudo permitirse el lujo de un Shakespeare, fue porque iniciaba su despegue económico, gracias en buena medida, al oro y la plata capturados a España por Drake y llevados a Isabel I a bordo de su Golden Hind. Pero dentro del poco más de medio siglo que va desde el arranque del teatro elisabetiano, hasta el cierre de los teatros en 1640 – por el puritanismo y la guerra civil- , esta feliz síntesis, bajo influjo regio, de mayoría y minoría, de tradición medieval y novedad aristocrática, se da mejor en la primera mitad de ese periodo - justamente durante la actividad de Shakespeare, y aun eso dejando fuera sus últimos cinco años de retiro: 1611-1616. Quedan ya al margen de ese feliz acuerdo los grupitos de bur

gueses que, en el concejo londinense, procuran mantener el teatro arraya y en las afueras. Pues ya desde 1615 o 1620 el teatro empieza a ser más bien patrimonio de la nobleza, cada vez menos de la corona, y en creciente distanciamiento respecto a la plebe: es el teatro de luz artificial.

El favor popular en el siglo XVIII hizo que se fuera elevando a Shakespeare no sólo para Inglaterra, a gran ídolo del Romanticismo, e incluso en el Gran Bardo nacional.


La obra de Shakespeariana no es materia para la lectura , sin más, sino para la escena, aunque sea en el teatrrillo de nuestra imaginación.

VIDA DE UN PROFESIONAL
William Shakespeare, firmaba Shakspear , pero la posteridad decidió añadir la "e" superflua para reforzar el sentido de "sacude-lanza" que ya había servido a Robert Greene para denunciar su trabajo anónimo como shake-scene ,"sacude-escena". Nació en abril de 1564 en Stratford-on-Avon, condado de Warvick. Su padre John, guantero de profesión y comerciante, tuvo algún cargo municipal, pero luego sufrió reveses de fortuna y pérdida de su cargo: en 1596 su hijo William, ya famoso y adinerado, consiguió ennoblecerle, para ennoblecerse él, con un escudo de armas donde campea la lanza, spear, de su apellido, y el arrogante lema, en el francés heráldico de los ingleses, "Non sanz droiet" ("No sin derecho"). De pequeño, William asistió a la escuela local, la Grammar School, donde grammar significaba "gramática latina", quizá leería algo de Ovidio y de las tragedias de Séneca, que estaban en el arranque del teatro inglés. En 1582, esto es, a sus 18 años, se casa con Ann Hathaway, ocho años mayor que él, y que demasiado poco después le da su primera hija; en 1585 nacen los mellizos Judith y Hamnet (éste muere en 1568 James Joyce, ha sugerido, no sin humor, que el poema Venus y Adonis sería un reflejo de la seducción del muchacho por la mujer ya mayorcita, sobre todo, para lo que eran veintiséis años en una mujer de entonces; también ha dicho que la muerte de Hamnet encontraría eco, invirtiendo los término, en su Hamlet (aunque ya existía el tema teatral con el mismo nombre). En 1587, Shakespeare se va a Londres sin su familia. No se sabe cómo empezó su relación con el teatro - de guardián del aparcamiento de los caballos se ha sugerido, pero pronto es actor, y luego autor, y llegará a coempresario. En 1590, estrena, quizá en colaboración con Marlowe, la primera parte de las tres de Enrique VI . En 1591 estrena Ricardo III, Tito Andrónico y otras obras. Ese mismo año , cerrados los teatros por la peste o tifus (la plague siempre endémica en Londres) , da a conocer el poema Venus y Adonis al que ya hemos aludido.

En 1594 es coempresario y autor de la compañía de Los Sirvientes del Lord Chambelán, y publica el poema Violación de Lucrecia. Se relaciona con el ambiente del conde Essex, que sería luego acusado de conspiración, y, en especial , con el noble Henry Wriothesley, verosímil dedicatario de los sonetos que seguramente empezaba a escribir entonces. En 1596 obtiene el escudo de armas y muere su hijo. Al año siguiente compra una casa en Stratford. En 1598 imprime con su nombre una comedia, Trabajo de amor perdido. En 1599 su compañía abandona el teatro del Curtain, así llamado no por "el telón" , curtain, inexistente entonces, sino por el nombre del terreno periférico donde estaba instalado, y se establece en el teatro del Globe, construido para tal uso. Shakespeare tiene la décima parte de la propiedad. En 1600 estrena Hamlet y en 1601 fracasa un intento de golpe de estado del mencionado conde de Essex, quien quiso preparar los ánimos haciendo representar Ricardo II en el Globe. Muere ese año el padre de Shakespeare. En 1603 muere la reina Isabel I, y le sucede Jacobo I; cierre temporal del Globe, por la epidemia, y gira de su compañía por provincias. En 1605 , año del estreno de Lear y Macbeth, se abre el teatro de Blackfriars, a cubierto y con luz artificial, para un público selecto. En 1606 se casa su hija Susanna; en 1608 muere su madre y nace su primera nieta; al año siguiente publica sus Sonetos, dedicados a W.H. (¿Henry Wriothesley?). En 1610 se retira a vivir en Stratford. En 1611 pone en escena La Tempestad como obra de despedida al público, y abandona sus actividades, sin cuidarse de preparar alguna edición completa de sus obras. En 1616 se casa su hija Judith; en abril hace testamento, en el que lega a su mujer Ann su "segunda mejor cama", entre otras cosas, y muere el día 23, es decir , en la misma fecha que Cervantes, pero no en el mismo día, por no estar vigente todavía en Inglaterra el nuevo calendario gregoriano. Como se ve, su hábil sentido económico le permitió enriquecerse con tan sólo 36 ó 37 obras teatrales, y jubilarse tranquilamente antes de los cincuenta años. Esto es todo pero quizá quisiéramos saber algo más de la dark lady, la "dama morena" que tanto le hizo sufrir, pero a la que Shakespeare se dirige también alguna vez con irónico despego.

"OTHELLO": LOS CELOS COMO FATALIDAD.


Sin atribución cronológica segura, entre las "obras medias" y la época de las "grandes tragedias" queda Othello, el moro de Venecia. En este caso será mejor empezar por ver un resumen de su desarrollo, forzosamente largo, porque la simplicidad lineal del tema- el que mata a su mujer por celos infundados- ha dado lugar a que Shakespeare se entregara a un auténtico virtuosismo estructural, con gradaciones de enredo en la marcha de la tragedia.

Aun siendo tan largo el resumen de la acción, todavía hay que advertir que , antes de su inicio, hay unas escenas superfluas para el asunto mismo, pero psicológicamente convenientes, porque en ellas se sabe cómo el moro Othello, llegó a casarse con la noble veneciana Desdémona, sin cuya explicación la presencia en escena de este insólito matrimonio habría tenido un tono misterioso, si no monstruoso, que habría oscurecido el conflicto esencial, para el cual no era tan importante la condición racial de Othello. El color de Othello es simplemente una adición para facilitar sus celos con un "complejo", como se diría hoy, si es que no tenía un verdadero simbolismo moral, el de la negrura. Pero, además, en esas escenas preliminares se pone la mejor nota humana del drama: situar la causa del amor de Desdémona en la compasión instintiva de mujer hacia el hombre que ha pasado peligros:


"Ella me quiso por los peligros que yo había pasado:
y yo la quise porque los compadeció"

Pero luego, entrando en tragedia misma, el verdadero protagonista es Iago, el malvado lleno de odio, Shakespeare añadió luego nuevos motivos para su odio a Othello. Rara vez perfila con tanta meticulosidad e insistencia un "tipo" psicológico- en lo que la palabra tipo puede comportar de estudio genérico y casi técnico: en este caso, la hipocresía al servicio del odio-. Hay , por ejemplo, un auténtico virtuosismo de la reticencia en sum modo de despertar las sospechas de Othello hacia Cassio.

Iago, ciertamente, es ayudado en sus planes por el azar - por ejemplo, con el pañuelo perdido por Desdémona, y la exageración de ésta al pedir a Othello que restablezca en su puesto a Cassio;pero esto casi no lo echamos de ver ante la entrega de Iago, por la pasión de su odio, a unos planes tan complejos que difícilmente podían salirle bien. Casi diriamos que es "un artista del mal": artista también en sentido de ir más allá de su provecho y su prudencia en obsequio a su proyectado "crimen perfecto" Ahí es donde está la clave del interés, no moral , sino formal, estético, del propio Shakespeare por su personaje Iago, en quien traslada a un talento de organización criminal su propio talento de organizador de desarrollos teatrales.





domingo, 7 de febrero de 2010

QUANDO AMOR I BEGLI OCCHI A TERRA INCHINA

Quando sus ojos Laura a tierra inclina
las manos, y enclavija, y las desata
con sospirar, y aquellos ays remata
con una voz angelica divina.

De mi corazón haze tal rapiña,
ansi todo el sentido me arrebata,
que la muerte tendría por muy grata,
si tal merced el cielo me destina.

Mas del raro sonido la dulçura
de tal partida el alma mia refrena
con desseo de boz tan delicada.

Ansi esta qu' es del cielo acá Syrena,
tal vez detiene, y tal vez appressura
el hilo de la vida que me es dada.

Francesco Petrarca- Sonetos

CANCIÓN

Y cuando ve el pastor baxar los rayos
del gran planeta , al nido donde alberga
y oscurecer las partes d´Oriente.

En pié se pone, y con la usada verga
dexando el campo, y sus alegres mayos
mueve el rebaño suyo suavemente.

Después lexos de gente
o cabaña, o espelunca
de verde rama enjunca
y estiéndese a dormir sin pensamiento.

Ay cruel Amor, m´ahazes tú enctonces intento,
d´una fiera seguir que me destruye,
la boz, passos, sin tiento
y a ella no domas, que se esconde, y huye.

FRANCESCO PETRARCA
CANCIONERO

LA INFANCIA DE PANTAGRUEL


Según los antiguos historiógrafos y poe¬tas, son muchos en este mundo los que han nacido de maneras bien extrañas, que serían muy largas de contar; leed el séptimo libro de Plinio si tenéis tiempo; pero entre ellas no encontraréis seguramente ninguna tan maravillosa como la de Pantagruel, pues es difícil creer lo que creció en poco tiempo.

No tiene importancia lo de Hércules, cuando estando en la cuna mató las dos serpientes, porque éstas podían ser débiles y frágiles; Pantagruel, estando todavía en la cuna, hizo cosas verdaderamente admirables. No quiero decir a este tenor que se sorbía en cada uno de sus tentempiés la leche de 'Cuatro mil seiscientas vacas, ni que para hacerle una gran pala a modo de cuchara para sus sopas fueron empleados todos los paleros de Saulmur en Anjou, de Villedieu en Normandía y de Bramont en Lorena y su sopa se hizo en una enorme campana que todavía existe en Bourges, cerca del palacio; los dientes del muchacho eran ya tan fuertes y crecidos, que mordió un buen pedazo de dicha campana, como todavía puede comprobarse.

Un día por la mañana, cuando le quisieron hacer mamar de una de sus vacas (porque según la historia nunca tuvo otras nodrizas), se desligó de los que le tenían en la cuna, cogió la vaca por entre las patas delanteras y le comió las dos tetas y la mitad del vientre con la asadura y los riñones, y la hubiera devorado por completo si ella no hubiese gritado horriblemente como si los lobos la tuvieran entre sus garras; al ruido acudieron todos y retiraron de Pantagruel la vaca, pero no pudieron hacerlo sin dejar en su poder una de las patas que tenía fuertemente agarrada y se la comió, como vosotros os comeríais una salchicha; qui¬sieron quitarle el hueso y lo apresaba y lo masticaba como un cuervo marino haría con un diminuto pescado. Después comenzó a decir: 'Bien, bien, bien, porque todavía no hablaba con perfección, queriendo dar a entender que le había gustado mucho y que en lo sucesivo no le dieran otra cosa. Viendo esto los que le rodeaban, lo ataron con cables tan gruesos como las amarras de los barcos.

Cierto día, un oso enorme que criaba su padre se escapó y vino a lamerle el rostro, porque las niñeras no le habían limpiado bien las babas; entonces se desasió de los cables con tanta facilidad como Sansón de entre los filisteos, cogió al señor oso, lo hizo pedazos como si fuera un pollo y se lo almorzó en salsa. Alarmado Gargantúa y temeroso de que le sucediera una desgracia, hizo forjar cuatro gruesas cadenas para sujetarlo y colocar en la cuna cabestrantes bien fuertes. De estas gruesas cadenas de hierro, había una en La Rochela entre las dos torres del puerto; otra está en Lyon; otra en Angiers y la otra se la llevaron los diablos para Lucifer que se desencadenó en aquel tiempo a causa de un cólico que le atormentó extraordinariamente por haberse comido el alma de un preceptor en guisado para desayuno.

De aquí se deduce que podéis creer muy bien l0 que dice Nicolás de Lyra en aquel pasaje del salterio en donde escribe: El Og regem Basan y cuenta que el rey Og cuando niño era tan fuerte y robusto que hubo necesidad de liarlo con cadenas a su cuna y así permaneció tranquilo y seguro, porque no podía romperlas, dado que le impedían mover sus brazos
.
Pero, he aquí que llega un día de gran fiesta en el que Gargantúa, su padre, obsequia con un gran banquete a todos los príncipes de su corte. Tan ocupados estaban todos en el servicio del festín, que nadie se cuidó de Pantagruel y por este motivo permaneci6 a reculorum. ¿ Qué hizo? ¿ Qué hizo, amigos míos? Escuchad: Probó a romper las cadenas con los brazos, pero no pudo porque eran muy fuertes; entonces pataleó tanto que rompi6 la tabla posterior de la cuna, que era un grueso poste de siete palmos cuadrados; cuando tuvo fuera los pies, se estiró10 mejor que pudo hasta tocar tierra; entonces con gran vigor se levantó llevando la cuna a la espalda y liado de forma que parecía una gran tortuga subiendo por una muralla; al verlo creyeron que era una enorme carreta de quinientas toneladas.


En esta forma entró en la sala del banquete, asustando a la concurrencia; pero como tenía sujetos los brazos, no podía coger nada para llevárselo a la boca, por lo que con gran pena se inclinó para coger con la lengua alguna golosina.

Al verlo su padre, se acordó de que no le habían dado de comer, y aconsejado por los príncipes y señores allí presentes ordenó que le quitaran las cadenas; además dijeron los médicos de Gargantúa que, si se le tenía así en la cuna, estaría toda su vida sujeto al mal de piedra.

Una vez desencadenado le hizo sentar y comió fuertemente; después hizo su cuna cinco mil tres pedazos de un puñetazo que le dio en medio, con gran despecho y entre protestas de no volver a ella.


RABELAIS Gargantúa y Pantagruel

"EL FALSO MILAGRO"

EL FALSO MILAGRO


Martellino, fingiéndose tullido, simula curarse ante San Enrique y. conocido su engaño, es apaleado, y al fin, preso y en peligro de ser ahorcado logra salvarse.



Muchas veces, queridísimas, sucede que quien quiere burlar a los demás, y sobre todo a las cosas dignas de reverencia, se ve burlado él, y si logra escapar es con daño. Y puesto que, obedeciendo el' mandato de la reina, doy comienzo con una narraci6n al asunto propuesto, voy a contaros lo que, con desventura al principio y luego, bien ajenamente a su pensamiento, con Felicidad, le ocurrió a un conciudadano nuestro.

Había no hace mucho en Treviso un tudesco llamado Enrique, quien, por ser pobre, trabajaba llevando cargas por un estipendio a quien se lo pedía. No obstante, teníanle todos por hombre de vida buena y santa. De manera que, sin entrar en si ello fue cierto o no, ocurri6, al él morir, según los trevisanos afirman, que en la hora de su óbito todas las campanas de la iglesia mayor de Treviso comenzaron a sonar sin que nadie las tocara. Y, pasado el caso por milagroso, todos decían que Enrique era santo. Todo el pueblo acudió a la casa en que el difunto yacía y su cuerpo, cual el de un santo, llevaron a la iglesia mayor. y cojos, tullidos, y ciegos, y otros de cualquier enfermedad o defecto aquejados, allí se reunían esperando curar con el contacto de aquel cuerpo.

Entre tanto tumulto y movimiento de gente sucedi6 que llegaron a Treviso tres conciudadanos nuestros, uno llamado Stechi otro Martellino y el tercero Marchese, los cuales, visitando las cortes de los señores, solazaban a la gente con sus mojigangas y su destreza en imitar el talante de cualquier otro. Y no habiendo estado nunca en la población, y viendo correr a todos, se maravillaron; y al saber la razón de aqullo quisieron ir a ver lo que había. Y, dejando sus efectos en un mesón, dijo Marchese:

-Queremos ir a ver ese santo, pero no alcanzo cómo podremos llegar, porque creo que la plaza está llena de tudescos y otra gente armada apostada allí por el señor de esta tierra para que no haya disturbios, y además la iglesia esta llena de gente que no se puede entrar.

Martellino, que deseaba presenciar aquello, respondió:

-No quede por eso; que yo hallaré el modo de llegar hasta el cuerpo santo.

Dijo Marchese:

-¿Cómo?

Respondió Martellino:

-Escucha. Yo fingiré estar tullido y tú de un lado y Stechi de otro, como si yo no pudiese andar, me iréis sosteniendo y simulando llevarme para que el santo me cure. No habrá nadie que, al vernos, no nos haga sitio y nos deje pasar.

Gustoles la ocurrencia a Marchese y Stechi, y sin más demora salieron de la posada, y en llegando a un lugar solitario, Martellino se contorsionó de tal modo dedos, brazos y piernas, amén de boca, ojos y todo el semblante, que daba pavor mirarlo, y no habría existido quien así lo viese que no le juzgara inválido de toda su persona. Y, llevado por Marchese y Stechi, se dirigieron a la iglesia, con talante lleno de piedad, pidiendo humildemente y por amor de Dios a cuantos por delante se les ponían que les abriesen lugar, lo que eonseguían fácilmente. De modo que, atendidos por todos y entre voces de ¡ Dejad paso, dejad paso!", llegaron hasta el cuerpo de San Enrique y unos hidalgos que allí se hallaban colocaron a Martellino sobre el cadáver a fin de que recobrase la salud.

Notando Martellino que toda la gente estaba atenta a ver qué le acaecía, con la habilidad propia de él empezó a fingir que extendía uno de los dedos, y luego la mano, y el brazo, y todo él. Y la gente alzaba gran clamor en loa de San Enrique, con tonos ensordecedores.

Había allí un florentino, que conocía muy bien a Martellino, si bien no le había reconocido, cuando llegó, por ir tan desfigurado. Y al verle enderezarse, reconociólo y, rompiendo a reir, dijo:

-¡Señor, y qué chasco! Viéndole venir ¿ quién no hubiese creído que era tullido de veras?

Oyeron tales palabras unos trevisenses y en el acto le preguntaron:

-¿Pues no estaba tullido ese hombre? A lo que el florentino respondió:

-¡ Dios no lo quiera ! Tan entero ha estado siempre como cualquiera de nosotros pero, según habréis podido advertir, sabe como nadie desfigurarse de cualquier modo.

Oyéndole sus colocutores, no necesitó seguir adelante, porque ellos, abriéndose paso a viva fuerza, comenzaron a gritar:

-¡ Prended a ese traidor y escarnecedor de Dios y de los santos, que, no siendo tullido ha tomado esa guisa para de nuestros' santos hacer mofa!

Y, hablando así le cogieron, y de allí le quitaron, arrastrándolo por los cabellos, y desgarrándole cuantas ropas llevaba, mientras le colmaban de puntapiés y mojicones. y quien en ello no colaboraba no se tenía por hombre.

Gritaba Martellino: ¡ Clemencia, por Dios !", Y defendíase en lo posible, pero sin fruto, porque la multitud era cada vez mayor. Y, viéndolo Stechi y Marchese, razonaron que el asunto iba mal y temerosos por sí mismos, no osaban ayudar a su amigo, sino que gritaban, como los demás, que se le matase, sin por eso dejar de pensar en la forma de arrebatarlo de manos del pueblo. El cual le habría de seguro dado muerte si no se le hubiese ocurrido a Marchese un ardid. Y fue que, viendo cerca a los familiares de la señoría, corrió hacia ellos, y al que suplía al podestá, le dijo:

-i Piedad, por Dios! Ese hombre me ha quitado la bolsa con cien florines de oro. Os ruego que le prendáis para que yo recupere to mío.

Al oirle, obra de una docena de hombres de armas se apresuraron hacia donde el pobre Martellino era apaleado sin piedad, y, no sin inmensas fatigas, dispersaron a la muchedumbre y lleváronle, todo roto y maltrecho por airadas manos, al palacio. Siguiéronle muchos de los que por él se creían escarnecidos, al saber que había sido preso por ladrón y, no viendo más justo título para hacerle pasar una mala hora, todos comenzaron a quejarse de que les había quitado el bolsón. Escuchando esto el juez del podestá, que era hombre muy rígido, hízole llevar ante él y le comenzó a interrogar. Pero Martellino respondía con chanzas, como si su percance hubiera sido cosa baladí. El juez, mohíno, mandó que le diesen varios buenos tratos de cuerda, con ánimo de hacerle confesar lo que los demás decían, para llevarlo a la horca. Mas cuando se encontró tendido en tierra y preguntado por el juez si era cierto aquello de que le acusaban, él, comprendiendo la futilidad de decir que no, repuso:

-Señor, presto estoy a confesaros la verdad, pero haced a cada uno de mis acusadores deciros dónde y cuándo le quité la bolsa y yo os responderé lo que he hecho y lo que no.

-Bien me parece- dijo el juez. y haciendo llamar a unos cuantos, uno declaró que le habían quitado la bolsa ocho días atrás, el otro seis, el otro cuatro, y algunos afirmaban que allí mismo. y Martellino, oyéndoles, alegó:

-Señor, mienten con toda la boca. Y de que hablo verdad puedo daros esta prueba: que yo no había venido a esta tierra jamás, puesto que sólo ha poco que estoy aquí y en cuanto llegué fui a ver ese cuerpo por mi desventura, puesto que he sido aporreado como veis. Y que lo que digo es cierto podrán esclarecerlo el oficial de la señoría que preside las presentaciones, y su libro, y mi hostelero. De modo que, si se confirma lo que digo, no me hagáis, a instancias de todos esos malvados, maltratar y matar.

Mientras andaban las cosas en estos términos, Marchese y Stechi, sabedores de que el juez del podestá reciamente contra su amigo procedía, habiendo ya mandado darles unos tratos de cuerda, temieron mucho y entre sí razonaban, diciendo:

-Mal partido tomamos: que le hemos sacado del bandil para echarle al fuego y con gran diligencia fueron al posadero y le contaron lo que sucedía. El hombre, riendo, llevéles a un tal Sandro Agolanti que habitaba en Treviso y tenía gran predicamento con el Señor de la ciudad; y haciéndole detallado todo por su orden, el posadero, con los dos amigos, rogóle por Martellino. Sandro, tras mucho reir, acudió al Señor, pidiéndole que Martellino fuese libertado, y así se hizo.

Cuando fueron a buscarle halláronle aún en camisa ante el juez, todo abatido y muy temeroso, ya que el juez se negaba a oir ninguno de sus descargos. Antes bien, abrigando cierto odio contra los florentinos, estaba dispuesto a hacerle colgar y bajo pretexto alguno quería entregarlo al Señor,
hasta que, bien a su pesar, fue obligado a hacerlo.

Y en viéndose en presencia del Señor, y contándole todo pormenorizadamente, pidiéle Martellino como suma gracia que le dejase marchar, porque, mientras no le hallara en Florencia, pareceríale tener la soga en la garganta. El Señor rió mucho de tan jocosa peripecia y mandó dar un vestido a cada uno de los tres que, contra toda esperanza, habían salido de tan gran peligro: y los tres, sanos y salvos, volvieron a su casa.


BOCCACCIO Decamerón

AUTORES Y OBRAS

POESIA LIRICA
Una renovación que viene de Italia

Los grandes poetas italianos empezaron a ser conocidos admirados e Imitados por toda Europa: España fue el país que más rápidamente se incorporó a las novedades italianas y a esa labor de traducción de los grandes autores latinos.
Al principio resultó difícil a los poetas cultos castellanos escribir en versos y estrofas a los que no estaban acostumbrados. El verso endecasílabo fue ensayado por algunos poetas del siglo xv -Juan de Mena, marqués de Santillana-, pero todavía se nota la falta de soltura y la expresión forzada. Con frecuencia utilizan latinismos o palabras italianas, el castellano les parece a estos poetas una lengua primitiva, incapaz de artificio y refinamiento.
Los poetas del siglo XVI -Garcilaso, especialmente, y Boscán- sí triunfaron en el uso de las nuevas estrofas y metros. Además del soneto utilizado ya por el marqués de Santillana, emplean nuevas formas como la octava real, el terceto, la silva y la lira, con gran perfección y elegancia.


Si los poetas del siglo xv habían imitado sobre todo a Dante, en el XVI el modelo es la poesía delicada y sentimental de Petrarca ¿Cuáles son los temas de estos primeros poetas del siglo XVI?
Los temas predilectos van a ser el amor, la Naturaleza y los
mitos de la Antigüedad clásica.
El amor se concibe a la manera de Petrarca. es decir, un amor espiritualizado, que considera la belleza como un reflejo de la divinidad. En “El Cortesano” de Baltasar de Castiglione aparece esta concepción del amor: "Mas hablando de la hermosura de que nosotros agora tratamos, la cual es solamente aquella que parece en los cuerpos, y en especial en los rostros humanos, y mueve aquel ardiente deseo que llamamos amor”.

El amor. entendido a la manera de Petrarca. fue uno de los temas principales de la lírica renacentista.





DANTE
Beatriz: una inspiración constante

Dante nació en Florencia y fue un hombre muy culto y sensible. Tomó parte en las luchas políticas de su ciudad, y a causa de éstas se vio desterrado para siempre de ella.
Compuso muchas poesías dedicadas a Beatriz, a la que conoció a los nueve años y de la que estuvo espiritualmente enamorado hasta el fin de su vida. Todas estas poesías las recogió y comentó en prosa en un libro, "Vida Nueva". En él, la figura de la amada es un reflejo de la perfección divina, según el "dolce stil nuovo" (dulce estilo nuevo), derivación italiana de la lírica trovadoresca provenzal. Beatriz muere joven, y entonces las poesías de Dante son una expresión emocionada y sincera de su profundo dolor.
Sólo por esta obra, en la que Dante expone sus sentimientos con unas palabras que llegan a todos los hombres de cualquier época y país, se le podría calificar como uno de los mejores poetas Líricos italianos.

La "Divina Comedia":
la recopilación de la cultura cristiana medieval

A los 35 años, en la mitad de su vida, es cuando escribe la obra cumbre de la literatura medieval. Con ella comienza la época en que Italia, en lugar de Francia, ocupa el primer puesto en el terreno literario y cultural.

Se trata de la "Divina Comedia", y en ella se recoge toda la cultura cristiana de la Edad Media. Su asunto es el siguiente: Dante, perdido en una selva llena: de peligros, se encuentra con Virgilio que le lleva a recorrer el Infierno y el Purgatorio. E!. Infierno está formado por un inmenso embudo que llega hasta el centro de la Tierra.


Los condenados están distribuidos, según sus pecados en nueve círculos concéntricos, en el último y más bajo de los cuales se halla Lucifer.. Allí encuentra Dante pecadores de todos los tiempos y paisanos enemigos políticos suyos. Virgilio le va explicando las causas por las que algunos de ellos se encuentran allí.

El Purgatorio es un monte de nueve gradas, y en la última están situados Adán y Eva. Al llegar a la cima: Virgilio abandona a Dante. Aparece entonces Beatriz, entre coros de ángeles conduce a Dante por las nueve esferas concéntricas que componen el Paraíso. En la última y más alta de ellas, San Ber¬nardo acompaña al poeta ante la presencia de Dios, contemplando y gozando del Misterio de la Trinidad Divina.
Todo ello es una gran ,alegoría, cargada de símbolos: la selva es el pecado. Virgilio, la razón; y Beatriz la Gracia; a través de ellas puede el hombre llegar a la Mística, representada por San Bernardo, que permite al alma la contemplación de Dios.
Otro gran simbolismo. es el de los números: el tres, y su múltiplo, el nueve. La obra está dividida en tres partes.Infierno, Purgatorio y Paraíso. Cada parte consta de treinta y tres cantos, y. está escrita en tercetos. Para Dante, el número tres representa la Trinidad.
El tema de un hombre vivo que viaja por el Más Allá no era nuevo en la literatura medieval. El autor de esta obra, con su


estructuración tan perfecta, da una visión clara, profunda e impresionante de cómo un cristiano concebía, en aquella época, la vida de ultratumba.
Al hacer intervenir en diversas ocasiones a personajes cercanos a él -sus enemigos, Beatriz-, el tono adquiere un carácter humano y cargado de profunda emoción. Su imaginación sabe crear escenas vibrantes y conmovedoras por su dramatismo entre los condenados, la serenidad de los que esperan en el Purgatorio, o la espléndida belleza del Paraíso.


Dante y Beatriz.

Según el propio Dante, el nombre de "comedia" se debe a que está escrita en lengua vulgar, el italiano, y no en la culta, el latín, que también utilizó el poeta en algunas obras. Así la llamó su autor "comedia". Poco después, su amigo Boccaccio, escritor como él. la calificó de "divina". Y de esta forma surgió el nombre con que se la conoce desde entonces.

OBRAS DE DANTE: en italiano: "Vida Nueva", "Divina Comedia "Cancionero", "El convite"; en latín: "De vulgari eloquentia". "De monarchia".

PETRARCA
La vuelta a los clásicos

En la misma época y en la misma ciudad, Florencia surge otro gran Literato de la categoría de Dante. pero de signo-;muy distinto. pues si aquél cerraba y culminaba una época. la medieval. Petrarca abre una nueva etapa para la literatura europea.

Petrarca dedicó su vida al estudio y a la composición de sus obras. Desde muy joven empezó a leer a los escritores latinos. descubriendo en ellos un mundo de belleza que había estado oculto durante siglos. Llevado por I.a gran admiración que le Inspiraban estos antepasados los hizo salir de nuevo a la luz,. renacer entre sus contemporáneos. Este conocimiento Y estudio de la Antigüedad clásica se propagó por toda Europa con el nombre de Humanismo, y fue el primer paso para el Renacimiento.

Escribió Petrarca varias obras en latín, imitando los temas y el estilo de sus admirados clásicos.
Sin embargo, es su obra en lengua vulgar. el italiano, la que le sitúa a la cabeza de toda la transformación posterior de la lírica, de la que él es el maestro y el modelo.


La búsqueda de la belleza

Sus poesías recogidas bajo el titulo de "Rimas", expresan su amor imposible por Laura, a la que continuó amando y exaltando después que ella , aún joven, muriera. Partiendo de una situación amorosa similar a la de Dante, su visión de la amada es totalmente distinta. Beatriz era el reflejo de la Perfección divina; pero Laura es una imagen bella, agradable a los sentidos, cuya existencia, primero, y el recuerdo, después bastan por sí mismos para inspirar los más profundos sentimientos, sin necesidad de ser un símbolo de algo superior. Para Petrarca, la belleza lo es todo.
Describe, a tono con sus estados de ánimo, la belleza de unos paisajes suaves y melancólicos, olvidados en la poesla medieval, y que fueron otra de sus aportaciones, muy imitada
posteriormente .
Hasta llegar a él nunca los sentimientos íntimos de un poeta fueron escritos con tal minuciosidad y detalle.
Todos sus temas -amor, paisaje, intimidad- están tratados con un estilo elegante y nostálgico. Introduce también un nuevo modo de versificar -el soneto-, que está lleno de musicalidad.


Con todos estos elementos: ideas, temas, estilo y métrica, crea Petrarca una nueva forma de expresión Lírica, que se cultivó en toda Europa durante varios siglos.

OBRAS DE PETRARCA: en italiano: "Rimas", "Triunfos", "Cancionero”; en latín: “África”, “Epistolae”

BOCCACCIO

El "Decamerón", una de las primeras obras escrita exclusivamente para recreo de los lectores
Giovanni Boccaccio fue hijo de un acaudalado comerciante italiano el cual quiso obligarle a seguir sus negocios. Sin em¬bargo, él sentía una natural inclinación por la Literatura . Residió en su juventud en Nápoles y luego en FIorencia. Su obra cumbre fue el " Decamerón", que está compuesta por un total de cien cuentos de tema vario, contados por diez jovenes: siete doncellas y tres mancebos, que durante la gran peste de 1348 decidieron refugiarse en una casa en las cercanías de Florencia, comprometiéndose a contar cada uno de ellos un cuento cada día. Así, en diez días, de aquí el nombre de Decamerón, se narran cien cuentos.

Con gracia y soltura enlaza Boccaccio los cuentos al idear una trabazón liviana, en la que se van refiriendo los comenta¬rios que los cuentos les sugieren a los jóvenes que los escuchan, y los esparcimientos y bailes que organizan aparte de la narración de los cuentos.

Divide la obra en "jornadas", cada una de las cuales corresponde a un día de los transcurridos en el retiro: y las jornadas a su vez quedan divididas en "narraciones". que constituyen cada uno de los cuentos de la obra.
Los cuentos que se narran en el "Decamerón" son, generalmente, de una gran desenvoltura e irreverentes en su contenido y el fin que persigue el autor no es moralizar. sino divertir, lo cual es una característica típica de la literatura renacentista.


Pretende divertir con la insensatez de los personajes protag0nistas de sus cuentos y divierte a los jóvenes refinados, que son representantes de la alta burguesía cultivada e instruida, los cuales observan en sus reuniones y juegos una gran compostura, en contraste con la vida licenciosa y mediocre que se describe en una buena parte de sus cuentos.

También en el siglo XIV, en Inglaterra, Chaucer escribe en verso los "Cuentos de Canterbury", que reflejan la sociedad inglesa de la época: peregrinos que se encaminan a visitar la tumba de Santo Tomás Becket acuerdan contar cuentos para distraerse en el camino. Chaucer es el poeta inglés más importante de la Edad Media.








RABELAIS
Humanista francés que poseía una gran erudición y un espíritu curioso. A través de su novela “Gargantúa y Pantagruel” satiriza las costumbres e ideas medievales que estos dos gigantes van observando en su recorrido por tierras francesas. Su humor es abierto, regocijante. Poseía una gran imaginación y un buen dominio del idioma. Su estilo es concreto y pintoresco.
Su intención es la típica del pensador renacentista: renovar las ideas de su tiempo, acercándonos a los modelos clásicos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

TEMA 4. EL RENACIMIENTO

LA LITERATURA RENACENTISTA Y SU TIEMPO



HACIA UN MUNDO EN MOVIMIENTO

El hombre medieval se desenvolvió en una sociedad cerrada , inmóvil, y rígidamente ordenada. Hasta la Tierra se pensaba que permanecía inmóvil y era el centro del Universo.

La vida era algo que no valía demasiado, sólo un tránsito, un preámbulo de la eternidad. La
sociedad cambiaba poco.

La aparición de las ciudades en la Baja Edad Media sentó las bases para una gran transformación: El Renacimiento.

Italia marchó en cabeza de las transformaciones. El Renacimiento toma como modelo a la Antigüedad Clásica, y en Italia la tradición no se había perdido por entero: a la vista estaban los monumentos y ruinas del Imperio desaparecido.

DE LA PROVIDENCIA A LA FORTUNA


Los latinos cuando se encontraban con algún suceso cuyos motivos no terminaban de entender, decían que era obra de la Fortuna.

El cristianismo explicó la Fortuna como una manifestación de la Providencia divina.

Petrarca, gran conocedor de los clásicos latinos, vuelve a hablar de la Fortuna como algo irremediable, que se impone a los hombres, los ensalza o los aplasta, los premia o los castiga, sin que éstos puedan hacer nada. Este tema es muy frecuente en la literatura renacentista. Sin embargo, la gran aspiración renacentista será vencer esta predestinación por el propio esfuerzo.

La importancia militar de la nobleza había disminuido. La aparición de las armas de fuego redujo enormemente la importancia del héroe caballeresco. Aparece una nueva forma de riqueza: el dinero.

Los ciudadanos enriquecidos mediante actividades industriales o mercantiles compiten con éxito con el poder tradicional de la nobleza.


EL NUEVO RITMO DE VIDA

Las ciudades con su ritmo rápido, agitado, abren nuevas posibilidades (nuevos deseos). Se compite y se intenta ganar. El que ayer no era nadie ha logrado, con su habilidad, su previsión o su talento, ocupar un puesto importante. La vida se hace más flexible, más cambiante, más digna de ser vivida, más desasosegada.

La distinción entre nobles, dedicados a las armas, y plebeyos, dedicados a los trabajos manuales, sufre una alteración. Ahora se distingue entre los que se dedican al ocio y los que realizan un trabajo productivo.

IDEAL DEL HOMBRE RENACENTISTA

Baltasar de Castiglione, en su famoso libro “El Cortesano”, describe las cualidades de este hombre ideal, refinado, experto en las armas y las letras.

En lo que respecta a la mujer, ya no se la concibe como un ser idealizado, sino que se la considera intelectualmente igual al hombre.

DEL ARTESANO AL ARTISTA MODERNO

Durante la E. Media no se tenía conciencia de autor, ni de que se hacía literatura. No había inconveniente en copiar o imitar obras anteriores y , los autores, no creían necesario escribir algo nuevo o diferente.

La situación del artista evoluciona. El individualismo de la época le hará sentirse cada vez más él mismo, radicalmente distinto de los otros. No necesitarán ser protegidos ya que en muchos casos pasan a ser grandes señores como en el caso de Tiziano, al cual, Carlos I le concede el título de conde.

HACIA EL ESTUDIO DE LA NATURALEZA

San Francisco de Asís inició una nueva manera de ver y valorar la Naturaleza. Ya no era una sentimiento de desapego el que inspiraban las cosas terrena, sino de amor, precisamente por ser obra de Dios. El Renacimiento intenta estudiar la Naturaleza y descubrir sus leyes.

El artista se propone cada vez más resueltamente representar las cosas y personas de este mundo.

El hombre no se considera un huésped en la vida terrena, sino el centro de este mundo.

HUMANISMO Y RENACIMIENTO

El Humanismo es una palabra que resume la admiración, el conocimiento profundo y el entusiasmo por la Antigüedad Clásica grecolatina.

La inteligencia humana no es algo tan pequeño que nada vale sin la Revelación, como se había pensado en la època medieval; al contrario, es una fuerza poderosa que puede descubrir y descifrar los enigmas y misterios que rodean al hombre. Tampoco el cuerpo es una fuente de pecado, sino una fuente de placer que hace agradable la vida.

La invención de la imprenta favorece extraordinariamente el abaratamiento y la difusión de los libros.